Aveces la vida nos brinda segundas oportunidades, y creo yo no soy la excepcion, miles de caminos y oportunidades se me abrieron a lo largo de mi vida y agradecido con Dios por darme una madre tan grandiosa, recuerdo a temprana edad veía que familiares, amigos u conocidos festejaban de una manera que hoy por hoy yo la considero absurda, visualizaba que para cualquier festejo, tristeza u cualquier acto bebían o consumían alcohol, metiendome desde muy pequeño que "era algo normal" pasaba los años y a mis 12 años a escondidas con mis amigos de barrio lo hacíamos en una supuesta divercion, pasaban los años y tíos o personas adyegadas nos aconsejaban que beber es malo. Contradiciendo su consejo porque lo solían hacer con botella en mano, curioso no. Pasaban los años y lo solía hacer con más frecuencia, y cada vez mas problemas en casa, escuela y amigos, llegando al punto de aislamiento. Poco a poco el alcohol me fue desagradando y quise explorar con otras drogas a tal punto de quedar en la calle, muerto en vida, y Dios fue tan misericordioso y tuve la oportunidad de rehabilitarme en una clínica que mi familia con mucho esfuerzo pago, desorientado y por enmendar el daño a mi familia a mi sociedad, a mi mismo me obsequie y le obsequie a mis seres queridos el regalo más grande, el del cambio y hoy por hoy orgullosamente tengo 8 años en rehabilitación sin consumir ninguna sustancia, ayudando a muchas personas a nivel nacional.