Buenas. Soy una mujer de 63 años a cargo de una familia conformada por una hija y 3 nietos. Vivo en Venezuela y he trabajado muy duro desde el año 1982, y la situación económica de mi país cada día es víctima de la hiperinflación descontrolada. Cada día que pasa el sueldo que percibo alcanza menos a duras penas me alcanza para comer lo extremadamente básico en unión de mis nietos, 14-13 y 5 años. Si pago la mensualidad de sus colegios no me alcanza para comer, por eso es que me he atrevido a escribir está historia. Es duro vivir en una sosobra o incertidumbre de cómo poder cubrir las necesidades básicas de mi familia, en ocasiones no tengo para comprar los medicamentos de mi tratamiento médico. Mi casa se ha visto deteriorada por la lluvia, escampe primero afuera que adentro. Vivimos en un lugar con clima cálido, sobre los 34 grados centígrados y sólo tengo un aire acondicionado para refrescar una habitación donde dormimos los 5. Me apena exponer mi caso pero en ocasiones me siento como si estuviera nadando en aguas turbulentas y creo no tener salida. Solo la fe en Dios me sostiene para enfrentar dicha situación y revisando el Instagram me he encontrado este anuncio y me he dispuesto a exponer mi situación.