Soy una mujer de 46 años de edad, venezolana y trabajadora de la alcaldía de Caracas. Soy madre de dos hijos, mayores de edad ya casados. Hace 7 años fui diagnosticada con cáncer de útero, lo cual ameritó someterme a una histerectomía y a tratamiento con quimioterapia. Actualmente vivo alojada en casa de unos amigos ya que no poseo vivienda propia y mi salario mensual ($10) no me alcanza para pagar arriendo en ninguna parte. Perdí a mi madre víctima del cáncer hace 17 años, y en casa materna quedó mi hermana junto a sus hijos, sin embargo, mi hermana falleció hace un año y mis sobrinos vendieron la casa sin mi consentimiento y salieron del país con el dinero producto de la venta. Por otro lado, mi padre también falleció y su esposa se niega a reconocer mi parte del apartamento que dejó mi señor padre. Mis hijos no pueden apoyarme económicamente porque están cada uno atendiendo sus propias necesidades. Aún cuando trabajo y busco maneras de obtener ganancias realizando actividades paralelas, me es imposible conseguir una vivienda para estar tranquila. También soy persona con discapacidad visual (solo veo por un solo ojo) ya que luego de un accidente automovilístico, se desprendió mi retina causandome daños irreversibles en mi ojo derecho, al punto que requiero una prótesis ocular. Quizá mi historia no es la más conmovedora, pero solo el que vive la situación en mi país sabe lo dificil que se hace poder aunque sea comer dos veces al día. Hay momentos en los que solo me tomo un cafe en la mañana y paso el día sin ingerir alimentos por falta de recursos para poder adquirirlos. Esto me ha causado serios trastornos de ansiedad que me han hecho pensar hasta en soluiones fatales para mi vida.