Nací en la ciudad de Cartagena, Colombia, en el año 1991. Tan solo con 8 meses de nacido sufrí la perdida de mi padre, él era infante de marina y murió en combate con las guerrillas colombianas de la época. Por esa razón tuve una infancia bastante dura, con mucho esfuerzo pude terminar mis estudios de primaria y segundaria, me tocaba trabajar y estudiar al mismo tiempo para poder costear mis estudios. Para el año 2013 inicié un proceso ante las autoridades colombianas para reclamar la indemnización por la muerte de mi padre, pero hasta ahora han pasado más de 30 años y aún no he recibido respuesta. Sin ninguna esperanza de recibir respuesta por parte de las autoridades colombianas, seguí adelante con mis estudios hasta que pude graduarme de ingeniero. Actualmente, junto a mi esposa Angélica, quien es trabajadora social y que también ha sufrido el flagelo de la guerra en Colombia, pues ella es desplazada por la violencia, hemos logrado reunir un grupo de colaboradores con los cuales realizamos trabajos en las comunidades más afectadas. En nuestros corazones late el deseo de ayudar a quienes hoy experimentan lo que alguna vez nosotros vivimos. Tenemos todas las ganas y mucha pasión, pero carecemos de recursos económicos para echar a andar proyectos productivos que mejoren la calidad de vida y bienestar de las comunidades. Por esta razón nos encontramos tocando puertas en busca de apoyo financiero para llevar a cabo este noble propósito.