Hola! Soy Rodrigo, estudiante de la carrera Trabajo Social en la facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Asunción. En plena pandemia de Covid 19 decidimos con unos compañeros mudarnos a una casa y hacer de ella un espacio donde podamos hacer actividades para recaudar dinero. De ahí nace la idea de hacer un centro cultural para dar espacio a artistas y también gestionar actividades para la autogestión de la casa. Pasó el tiempo y funcionó bastante bien, dimos el espacio a varios artistas que subsistieron en la pandemia gracias a nuestras actividades y dimos trabajo a varias personas de nuestro entorno. En ese trayecto tuvimos problemas con los vecinos y tuvimos que migrar a otro espacio. En la búsqueda de un nuevo local, encontramos un sitio, con mucho trabajo lo pagamos con mes de alquiler, mes de garantía y comisión inmobiliaria. Unos 2.100 dólares. El día que fuimos a limpiar el local el dueño se negó a sacar su vehículo de la cochera, yo reclamé a la inmobiliaria y no me dieron respuesta ni ayuda, el propietario se negaba a entregar por completo el local que ya nos había cobrado, yo quise resisndir el contrato y que me retorne lo abonado y simplemente me dijo que no lo haría y que si quería podía demandarlo que él tenía influencias políticas y que jamás le ganaría (práctica común en este país donde la justicia no funciona). Entonces devuelta busqué otro espacio en dos semanas logré juntar devuelta el dinero con actividades y préstamos para seguir manteniendo ese espacio libre de violencia y que daba trabajo a personas. Logramos entrar al nuevo lugar, ya dando por perdido el dinero anterior, más sin bajar los brazos apostando a este espacio inclusivo y libre de violencia. Estando ya ahí recibimos mucha persecusión policial y municipal pidiendo constantes coimas para no cerrar el sitio y por mucha presión de las autoridades, el constante pedido de dinero de ellos y una gran tormenta que destruyó el techo estropeando todo tipo de equipamientos, tomé la decisión de cerrar el espacio e ir a un lugar más económico ya con muchas pérdidas y dejando una deuda que no sería reconocida por la propietaria. Con mucho esfuerzo e ilusión de seguir conseguí devuelva otro espacio más económico, pero en mejores condiciones. Una vez más una persona que vive al lado de este sitio, el día de la nueva inauguración, llamó a la policía, y se comunicó con el verdadero propietario del edificio (ya que nosotros tratabamos con intermediarios) que resultó ser un ex presidente de la República. Nos mandó hechar del lugar ya que no quería que su "casa familiar" sea utilizada para un espacio diverso. Ya ahí casi sin fuerzas después de un año y medio de trabajar arduamente decidí cerrar para siempre, quedándome con una millonada de deudas, desesperado, rematando todo lo que podía para rebajar lo más que podía y tomarme un descanso obligado ya que la persecusión seguía por parte de las autoridades. Yo entré en una profunda depresión y me quedé en la calle. Hoy día tratando de despojarme de deudas y reabrir un espacio necesario para la comunidad te pido una ayuda. Mi tranquilidad sigue perturbada y seguimos carentes de espacios seguros dónde gente pueda desarrollarse artísticamente y disfrute de un lugar libre de violencia. ¡Ayúdame por favor!