Soy venezolana, madre, enfermera, emigrante y sostén de familia, desde hace algunos meses me ha tocado muy fuerte ya que mi esposo perdió su empleo, estoy desde entonces trabajando 48/48 o 48/24 horas muchos me critican o me dicen que en está vida nada vale la pena para matarse o sacrificarse tanto, pero como respondí antes dile eso a mí casero, a los de los servicios básicos luz, teléfono y dónde me dejas la comida a veces ni para mi pasaje me alcanza, yo soy licenciada en enfermería pero desde que emigré a otro país no ha sido fácil, no he podido nunca ayudar a mi familia en Venezuela porque no me da el dinero. Si tuviera la oportunidad tendría mi tan soñada empresa de servicios de enfermería de cuidados humanizados.